19/12/2010

jueves, 19 de mayo de 2011

Dance


Volver a sentir eso, algo que sólo unos poco sabemos lo que significa cuando te sientas en cualquier sitio a cambiarte de zapatillas, a decir: “Hoy me sale”. Con la cantidad de decisión adecuada como superar la de la última pero no lo suficiente como para decepcionarte o rendirte si luego te hace falta algo más de esfuerzo aunque te parezca imposible.
Volver a sentir el dolor de muchas horas de ensayo sintiéndote orgullosa de ti misma por el esfuerzo que estás realizando para conseguir lo que más quieres, que en esos momentos no piensas en otra cosa que no sea todo eso.
Volver a sentir que los ojos se te inundan de lagrimas cuando escuchas un: “Bailamos”. Y necesitar gritarlo porque pensabas que nada iba a poder salir mejor, seguido de: “Soy feliz”, que se te escapa entre los labios, como un susurro.
Volver a sentir un cosquilleo en el estómago mientras estás entre bambalinas a unos pasos del escenario distanciados por los segundos que te quedan para avanzar y pisarlo una vez más con tu mejor sonrisa y lo más importante: tu ilusión.
Volver a sentir que el estrés te invade el cuerpo porque tienes el tiempo justo para cambiarte entre canción y canción y volver a maquillarte mientras continuas gritando: “Mucha mierda, chicas”.
Volver a sentir esa sonrisa tonta al salir los camerinos más feliz que nunca con la mochila llena de ropa y otro recuerdo inolvidable más que añadir a la lista, que todo el mundo esté esperando fuera para decirte: “Has estado genial”, aunque te hayas equivocado es lo mejor que te puede pasar.
A todos aquellos que me apoyan porque saben todo lo que significa para mi volver a sentir eso:
GRACIAS.

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